20 de agosto de 2009

Driedtree Town [2]


Jimmy acercó al anciano su segundo whisky de la mañana y mientras éste lo degustaba se sentó a su lado, ansioso por seguir escuchando la historia del enigmático Jake Parson.
“Cuando nos pusimo en camino hacia estas tierras era la primavera de 18XX*, y estábamos tan ilusionados con encontrar esa maldita tribu que antes de que llegase el invierno ya estábamos cerca de estas llanuras. Por el camino nos surgieron millones de problemas: los condenados indios mataron a dos valientes y perdimos un carro por un precipicio, junto con todo lo que iba dentro. Llegamos mas muertos que vivos, muchacho. Eran tiempos duros y el oeste no perdona a los débiles.” Echó un buen tragó de whisky. Decir más de dos frases seguidas sin beber debía de ser un suplicio para aquella pobre alma alcoholizada, pensó Jimmy.
“Al descubrir este valle casi nos cagamos de la emoción. No era ni mucho menos como lo ves ahora, seco y muerto. Era una fértil llanura, cubierta por hierbas verdes y repleta de condenados búfalos. Además de un pequeño riachuelo. Fuese como fuese, a nosotros nos pareció haber encontrado el jodido valle del Edén, y decidimos montar aquí nuestro campamento.”
“No fue difícil construir todo esto que ves aquí. Al explorar un poco, hallamos un pequeño bosque al norte de aquí del que sacamos la madera, pero no lo busques porque ya no quedan ni los tocones. Esta tierra ha cambiado mucho desde entonces…” Suspiró con tristeza o era nostalgia? Jimmy era demasiado joven para captar el verdadero significado de aquellas quejas del viejo. Le dió otro lingotazo al vaso y casi lo terminó, continuó, aunque con un brillo especial en la mirada, aquello interesó sobremanera al curioso Jimmy, o solo era el efecto del alcohol?
“tras las primeras semanas comenzaron los problemas. Tuvimos la noticia de una tribu de indios que habitaban al norte, cerca de donde comienzan los grandes bosques, a unas pocas millas de aquí. Parson seguía obsesionado con las jodidas piedras preciosas. Señor! En la hora que se me ocurrió acompañarles…” Acabó con ansiedad el último trago de whisky.
“Preparamos una partida con casi todos los hombres que estaban en el campamento, ya casi convertido en pueblo. Sólo se quedaron aquí el “tullido” John y el viejo Jim. Todos los demás nos armamos hasta los dientes dispuestos a arrebatar a los sucios indios sus malditas piedras.Poco después de terminar el invierno, comenzamos el que para muchos fue su viaje final..”
- Mierda Jimmy, y mi whisky? Te juro que en este condenado valle el whisky se evapora! Corre a por otro muchacho si no quieres matarme de sed, maldito enclenque.
- Si señor, enseguida.
Jimmy fue corriendo a la barra, estaba tan absorto en el relato que le daba igual dejarse toda su paga en invitar al viejo para que se la contara.
Mientras tanto el anciano borracho reordenaba sus recuerdos entre una nube de dolorosos sentimientos que le urgían a regarlos con alcohol bajo la amenaza de atormentarle aquella noche, como lo llevaban haciendo desde hace treinta años…

*no pongo fechas exactas para evitar posibles contradicciones cronológias, sobre todo en lo referente a las armas y demás adelantos tecnológicos de los que disponen los personajes. Aunque no hay que olvidar que es un mundo ficticeo, aunque tenga como base o modelo el oeste real de aquella época. La literatura es ficción.

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